viernes, 13 de noviembre de 2015

Recordando a los que ya no están


Catrinas, foto Andrea Ruz

Ofrenda, foto Andrea Ruz
Calaveritas de dulce, foto Andrea Ruz

Mi mini familia y yo hemos implementado nuestra propia tradición de Día de Muertos, cada año un grupo de voluntarios de la organización  Mano a Mano (para más información http://www.manoamano.us/en/index.html ) presentan una serie de actividades culturales y talleres para niños y no tan niños, todos en relación al Día de Muertos que por supuesto incluye la puesta de ofrenda. Se ubican en la iglesia de St Mark's en East Village, 131 E 10th St.

Nos gusta visitarla por estar relativamente cerca de casa, porque es fácil de llegar, por los puestos de comida y artesanías, y sobre todo porque al final (el 2 de Noviembre) se desmonta la ofrenda y se regalan las flores, frutas, pan, etcétera.
Cuando estaba en México solía ir a la Mega ofrenda de la UNAM, a la del zócalo y varias veces fui a cementerios, inclusive llegué a ir a Mixquic, un pueblito muy famoso por sus bellas ofrendas y por abrir al público su iglesia y su panteón, fue aquí donde Peter y yo vivimos nuestro último Día de Muertos en México.
Desde muy chica ayudaba con la puesta del altar, mi abuela, quien me cuidaba desde bebé y hasta los aproximadamente 6 años cuando ella murió, ponía una pequeña ofrenda cada año, la flor de cempazuchil con su aroma y su color me trae muchos recuerdos.
Mi abuela es y siempre será una parte importante de mi vida, mis recuerdos más tiernos de la infancia son con ella, su cariño, su comida y su perrita que tenía de mascota.
Ahora que vivo en NYC la cosa es  diferente, no hay Mega ofrendas que visitar, no hay miles de puestos dentro o fuera de los mercados (no hay mercados), aroma de copal, pan de muerto en todas las panaderías, papel picado y mejor no sigo porque no acabaría. Existen lugares, personas y organizaciones que ponen su ofrenda, son fieles a la tradición y no es tarea difícil encontrar lo anterior mencionado, como el pan, se puede pero nunca será lo mismo, ir a la tienda de la esquina y tenerlo a la mano.
Recordamos a los que ya se fueron, los invitamos a nuestros hogares y ofrendamos su comida favorita, Día de Muertos es una comunión entre este mundo y el otro, posiblemente poco a poco veremos más y aprenderemos más sobre esta bella  celebración en otros países.

Pan de muerto, foto Andrea Ruz

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